lunes, enero 16, 2006

¡Habemus Presidentem!


Salió humo blanco.
Por más que sea difícil diferenciar el humo acá en Santiago por culpa del smog, sabemos de sobra, que el país ya cuenta con nueva gobernante.
Sí, nueva. Michelle Bachelet, la candidata representante del Gobierno, se alzó como la gran ganadora de los comicios electorales de ayer.
Y ojo, que no es sólo un logro importante en materia de que por primera vez una coalición en Chile gobernará durante 20 años.
Lo que más resalta, es que por primera vez en la historia latinoamericana, una mujer será la que deba dirigir los rumbos de un barco, a estas alturas, muy grande.
Chile, considerado a sí mismo un país machista, vio emerger dos candidaturas femeninas a principios de 2005. Curiosamente, no había ningún hombre que de verdad le hiciera el peso (en cuanto a encuestas) a ninguna de las dos presidenciables (Soledad Alvear era la otra). Ni siquiera el hombre con cara de niño que estudia en el Colegio Las Cumbres, Joaquín Lavín, que tras estar a sólo 1% de ganar en 1999, veía que sus aspiraciones se caían a destajo y sin vuelta atrás.
En mayo se retiró Alvear, la que para muchos era la mejor candidata de todos los que hubo (se incluyen Hirsh, Piñera y Aucán Huilcaman, que si bien no alcanzó a ser candidato, suena como anécdota). Eso permitió que el centro político no quedara netamente representado. Bachelet era la centroizquierda, pero la más dura. Y Lavín el carismático "niño bueno" salido de la generación pinochetista, es decir, la extremaderecha.
Allí surgió el nicho de Sebastián Piñera, el hombre dueño de 1/4 de Chiloé, de un canal de televisión, una compañía de vuelos internacionales, etc, etc, etc, etc...
Acusado de "travestirse" con colores políticos que no le correspondían, Piñera se autoerigió como el candidato de la derecha más liberal, los independientes, y la DC.
En apenas ocho meses deshizo un escenario político: asumió el liderazgo de la derecha, en desmedro de Lavín y sus secuaces de la UDI. Ya no serán los Longueira, Coloma, Novoa y compañía las caras de la oposición. Hoy asoman los Espina, Allamand, Hinzpeter y el propio "Tatán".
En el oficialismo, también habrán cambios. Y obligados. O se va Adolfo Zaldívar de la presidencia DC, o se va la mitad de la DC de la Concertación.
Eso sólo es la punta del iceberg con la que deberá luchar la flamante Presidente de Chile. La mujer. La que manda. Para que no se quejen más, damas todas.
Veamos que pasa. No obstante, es lo mismo si ganaba uno u otro. Chile está condenado a seguir igual. Por ahora, más allá de las preferencias, queda unirse detrás de Bachelet y deberle respeto. No queda otra.

Hans Lagos B.

2 Comments:

<$BlogCommentAuthor$> dijo...

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6:18 p. m.  
<$BlogCommentAuthor$> dijo...

<$BlogCommentBody$>

11:58 a. m.  

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