viernes, enero 06, 2006

Jerga juvenil: enemiga de la adultez



Se camina entre bullicio y no se entiende nada. Parece un idioma distinto, pero solo es parte del sonido predecible que a nada teme: la jerga juvenil ha curado de espanto a muchos. Aunque no pertenezca a la lista de tabúes de la sociedad, si es algo que no se puede remover. Las jergas nacen casi como necesidad de cada descendencia y, por lo tanto, la lista es interminable.
¿Cuántas veces hemos escuchado decir a los más cercanos y distinguidos personajes que nosotros los jóvenes carecemos del bagaje lexicológico mínimo para convivir con el mundo laboral que nos espera? Pero al fin y al cabo el tema es parte de un básico ciclo: los que alguna vez fueron BAKANES, muy, pero muy pronto serán adultos. ¿Qué ironía, no?
Mi madre dice que "a las vaca se les olvida que fueron terneros". Claro, los expertos tachan a esta conducta como una pésima herramienta porque restringe el desarrollo de un lenguaje más elaborado. Pero vamos!!! Ellos hablan muy ahora y dudo que a los 17 lo hayan hecho de la misma forma. Todos, en algún momento, usamos códigos diferentes a los de los adultos. Todos nos movemos en el inconciente deseo de ser distintos a la generación anterior y, por supuesto, comunicarse de la manera más rápida posible. Lo siento muchos queridos expertos, pero este "fenómeno" es absolutamente natural.
A diario se puede ver por televisión o leer en tediosas editoriales cómo critican a la juventud actual por su manera de hablar, pero amigos, cada vez que alguien cuestiona nuestro lenguaje enumerando una lista de palabras "erróneas" se equivocan: las que hoy son modismo mañana dejarán de serlo. Si hay algo que caracterice a estas inquietas palabras es precisamente que juegan a ser otras, se disfrazan, pero siguen siendo las mismas que identificaron a LOLOS de épocas anteriores.
Próximas proles tendrán la misma inquietud de manifestar ideas y emociones a través de nuevas palabras y, como es de esperar, los adultos intentarán copiarlas para sentirse un poco más jóvenes. Mucho ya lo han hecho, pero no sólo para vivir desfasados a su generación, sino para acercarse a nuestro mundo como una estrategia comunicacional. Los programas de televisión y escritores un poco más atrevidos han obtenido buenos frutos con este tipo de acercamiento. ¡Somos Carne Fresca!
En fin, a pesar de que esta es mi declaración de amor a las palabras nuevas, ridículas y ciertamente carentes de sentido debo admitir que sí se me presenta un crucigrama mental -quizás sólo sea producto de las miles de horas frente al computador- ¿Existe alguna posibilidad de que en algún momento nadie entienda a estas revoltosas palabras? Pero para que buscar solución. Yo no me atrevo a destronar la magia del uso de estas palabras en nuestras vidas.

Romina Rojas / Nicheana

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