lunes, abril 03, 2006

Hablar por Hablar

ROCK: El arte de dañar
Por: Jean


Alguna vez me comentaron que los artistas se clasificaban en “sanos”, “promedio” o “insanos”. Esta es una categoría basada en la psicología y si remitimos el estudio al tormentoso mundo del rock, podemos percatarnos de que muchos exponentes de este estilo son dignos representantes de la tercera casta.

Parece ser que una de las condiciones esenciales para ser un mítico rockstar consiste en dañarse a si mismo.

El rock nace como una oportunidad de poder plasmar en el pentagrama todas aquellas sensaciones humanas mas cercanas a lo oscuro, e ahí que el dañar esté siempre presente de alguna u otra forma en las letras y en la actitud de vida.

El desmedido consumo de drogas, las relaciones sexuales irresponsables, el aún mayor consumo de alcohol y la baja autoestima han sido durante años axiomas fundamentales a la hora de comentar a los rockeros.

No quiero decir con esto que ese estilo de vida sea malo. ¿Quién sabe? Es probable que estar de corbata 12 horas diarias en una oficina de 2 x 2 sea aún más insano.

En 1993, Kurt Cobain quería titular el disco “In Utero” bajo el nombre de “I hate myself and I want to die”, pero la disquera lo encontró “un poco riesgoso”. Jim Morrison se autodenominó “El Rey Lagarto”. James Hetfield tuvo que rehabilitarse de su alcoholismo. Scott Weyland ha estado tras las rejas innumerables veces por posesión de drogas y así suma y sigue. Para que hablar de aquellos más radicales que se autoinfieren heridas en vivo o golpean cualquier ente vivo.

El Rock quizás pueda consistir en dañar porque estás dañado. O dañarse con el arte para disimular tus daños interiores. Eso tampoco nadie lo sabe. En fin, son cosas que a pocos nos importan, muchos quieren ver la nueva película de Rojo.

1 Comments:

<$BlogCommentAuthor$> dijo...

<$BlogCommentBody$>

4:02 p. m.  

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