El Extraño Mundo de Dul

Ni un Barañao, ni un Von Mühlenbrock

Por: Dul

Si yo fuera hombre, me gustaría ser como él. La voz de Anthony Bourdain es sexy y su pinta también, un cincuentón desgarbado, con cara de cultura y con un sentido del humor negro y bastante ácido, crea una hora de programa de la mejor calidad.

Se preguntaran de que estoy hablando, aquí les va la respuesta, hace un tiempo que estoy pegada con los canales de cocina y todo lo que tenga que ver con ella, y aunque mi hermana es la “chef” de la casa, yo veo los programas igual.

Un día, no recuerdo la fecha, haciendo el bello ejercicio del “zapping” me topé con un hombre cascarrabias, chistoso, muy bronceado y con un ego superior al que hubiese visto en mi vida, que recorría lugares maravillosos y ahí me quedé… sin reservación alguna, tuve una conexión instantánea con Anthony, o Tony cómo me gusta llamarlo.

Mi refugio por estos días, para pasar el aburrimiento es la TV por cable, dónde hay más que un Barañao o un Von Muhlenbrock haciendo de las suyas en la cocina, ya quisieran ellos tener la personalidad de Anthony… o su programa.

Este hombre es chef de la Brasserie de Les Halles, en Nueva York y con todo lo que lo caracteriza viaja por el mundo comiendo y tomando, y luego come más y no se cansa, así que toma de nuevo, y no es un tributo al alcoholismo o la gula ni mucho menos, es sólo el programa “No Reservations” o como es traducido al español; “Planeta Culinario”, transmitido por el canal Discovery Travel and Living (canal 34).

Cuando estuvo en Vietnam se comió el corazón, aún palpitando y crudo, de una víbora, después se tomó un vasito de su sangre y luego probó cinco formas diferentes de cocción de esta serpiente, esa imagen la tengo grabada en la retina, me impacto, pero hizo que mi amor por Anthony Bourdain creciera en demasía. En Rusia se tomó todo el vodka que encontró, desde la mañana hasta la noche, En Brasil sorbetió todos los tipos de caipirinha que existen; piña, limón y maracuya entre otras, comió queso y camarones en la playa. Estuvo en Portugal, Marruecos, San Sebastián, el norte del Sahara, México, Texas y muchos otros lugares.

Puedes ver este excelente programa todos los días a las cinco de la tarde y su repetición de las una de la mañana, les aseguro que pasaran un buen rato frente a la cajita mágica.

Sé que para muchas personas es horrible ver a otra persona cocinando frente a una cámara de televisión, sé que también– y aunque lo nieguen rotundamente- se preguntaran que mierda hacen con la comida cuando deja de parpadear la luz roja y sé también que no se pueden perder la oportunidad de “ojear” Planeta Culinario.

Porque la televisión chilena cada día se vuelve más tediosa (vease la reinvención de “viva la mañana” onda “cuéntame” con Paulina Nin) y a veces es “entretenido” comentar: “yo una vez vi un programa dónde el loco se comió un corazón de serpiente”, me voy a seguir viendo canales de cocina, es la mejor manera de malgastar mis días.