¿Hay algo bueno en todo esto?

Hace unos días un amigo me preguntó: ¿qué quieres hacer de tu vida que tenga relación con lo que estás estudiando, y más aún, relacionado con la televisión? Antes debo aclarar que ese medio es la última opción de trabajo que aceptaría. No porque me carguen las cámaras, pero prefiero estar detrás de ellas y creo que hay gente que realmente le gusta o que está más preparada para ser "rostro" (risas irónicas, pero con buena onda)
No sé si conocen el programa "Mar de Fondo". Lo dan en un canal de cable y lo conduce Alejandro Fantino junto a Cayetano, un periodista que comenzó este año en reemplazo de Gastón Recondo. El programa es muy bueno, invitan a todo tipo de deportistas, músicos, comediantes o lo que ellos quieran. Puedes ver desde Maradona hasta al gran e ídolo Eber Ludueña.
El horario es relajado, ya que parte a las 23 horas y termina pasada la una de la madrugada. Siempre hay un personaje para el humor, todos los días uno distinto, a lo que se agrega la buena onda de los invitados y por supuesto de los animadores. Tenemos la posibilidad de ver a Puchenco, el hombre más fuerte del mundo; Evaristo, el colombiano más simpático y con gran léxico de Sudamérica y Los Reidores, que aportan esa risa contagiosa de la cual es imposible no reírse.
Pero sé que acá es muy difícil que tengamos uno de ese estilo, ya que se privilegia el raiting y otros factores que matan toda idea de cambio. Quizás cuántas buenas ideas o propuestas yacen en un basurero o en la carpeta "de espera".
Todo esto me llevó a plantearme si realmente quería estar ligado a la posibilidad de integrarme al "mundillo de la televisión" (frase que me dijo un prestigioso y famoso sociólogo, quien me concedió una entrevista este año), a lo cual mi respuesta es un NO rotundo.
Pero se preguntarán, ¿por qué tan radical en su decisión? Me he dado cuenta que la tele es el medio más manipulable dentro del periodismo, y de eso pueden estar seguros algunos compañeros de labores (¿sociólogo? ¿sexóloga?)
He reafirmado con estos años de estudio, que sí somos el cuarto poder. La gente le teme a un periodista, se arranca, te ven como una autoridad y algunos(as) confían en que son la nueva justicia que solucionará sus problemas.
Realmente ésto tiene dulce y amargo, pero lo que realmente valoro son a las personas que he conocido acá, y que un grupo de ellos son los que formamos El Nicho, por lo que sí hay algo bueno en todo esto.

Felipe