viernes, diciembre 16, 2005

Descalabro democratacristiano y sus peligrosas consecuencias



El gran partido perdedor en las últimas elecciones presidenciales y parlamentarias fue la Democracia Cristiana (DC) y es quizá el signo de aquel naufragio la derrota de Andrés Zaldívar en su re-postulación senatorial por Santiago poniente, el problema...
...él es el jefe político de la campaña de Michelle Bachelet.

¿Y por qué podemos denominar descalabro o naufragio a lo ocurrido con la DC, a pesar del triunfo de Soledad Alvear, candidata de ese partido con una amplia mayoría en Santiago oriente?. La respuesta es sencilla, ella representa una nueva generación de recambio democratacristiano, una sección del partido con aires nuevos, con estilos distintos, no con los viejos estandartes como los ex Presidentes Frei o Aylwin, o Adolfo Zaldívar, con su entrecejo siempre fruncido, o su hermano Andrés al cual hemos visto en política desde los tiempos de la "Guerra Fría", de la Unidad Popular.

En general los ya nombrados pertenecen a un tiempo anacrónico, extinto y añejo. Es terrible para las nuevas generaciones de votantes abrir un libro de historia patria y encontrarse con sus nombres, ya gastados que no se condicen con un arcoiris reluciente, aquel que se despliega luego de la tormenta, aquel que llega con la frescura primaveral, la cual es representada semióticamente por Soledad Alvear.

Hoy la DC está dividida en dos flancos: los "colorines", seguidores del presidente de esa colectividad, Adolfo; antiguos y con olor a libro guardado en un baúl, zorros de la política. Y por otro lado los "alvearistas", de tonos anaranjados, sin extraños jingles diciendo: "Chico de mi barrio, chico de mi barrio, chico de mi barrio... chico de mi barrio, bis, bis, bis, bis, bis...". Es escalofriante, hace recordar los tiempos de la Alemania Nazi con su propaganda comunicacional a través de los mass media.

Los nuevos inscritos, en su mayoría jóvenes con deseos de cambio de mundo, de libertad, de renovación, de arcoiris ¿qué podrán pensar de la participación de la facción más conservadora de la Democracia Cristiana en lugares protagónicos del equipo Bachelet, mientras que la verdadera carta del triunfo, la electa senadora Alvear, yace relegada a una playa de la quinta región?.

La respuesta a esa pregunta es nuevamente sencilla: una profunda y tremendamente preocupante decepción. Y no de la DC, eso da lo mismo, una decepción de Michelle, de su campaña, de su propuesta. ¿Qué hace ahí el "chico" Zaldívar?, ¿en qué estaban pensando cuando invitaron a Bitar a formar parte del equipo?, ¿quién invitó al relanzamiento de campaña a Eduardo Frei?, ¡¡¿quién invitó a su esposa?!!, ¿cómo subieron al escenario a don Patricio Aylwin (hombre que ya no entiende lo que le preguntan)?, ¿quién consideró que todo ese grupo, derrotado por los años, la historia, el sistema binominal, y otras cosas más, tenía mayor importancia que la presencia de una triunfadora como Soledad Alvear.

Otra que faltó en el escenario del court central del Estadio Nacional para el relanzamiento de Michelle fue la mística, esa de "Sol y Lluvia", "Inti-Illimani", "Los Jaivas", "Silvio", eso fue lo que marcó, en gran parte, el proceso de marcha a la democracia, y mucho más que los ya gastados democratacristianos del baúl.

Queda un mes para dar aire nuevo y no decepcionar a los jóvenes, evitando así que la Concertación de Partidos por la Democracia se descalabre junto a la DC.

Nicheano invitado, Oscar Moya.

4 Comments:

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2:09 p. m.  
<$BlogCommentAuthor$> dijo...

<$BlogCommentBody$>

7:57 p. m.  
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8:01 p. m.  
<$BlogCommentAuthor$> dijo...

<$BlogCommentBody$>

10:04 p. m.  

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