sábado, diciembre 24, 2005

Sobre la sugestión del fin de año



Todos los años ocurre un fenómeno similar, a partir de las primeras semanas de diciembre, algo a lo que he preferido referirme como la discreta "sugestión del fin de año". Es preciso explicar en qué consiste dicho proceso, pero con el término "sugestión" es mucho más fácil comprender a qué nos estamos refiriendo.
La sugestión es algo que se da mucho en la actualidad: el autoconvencimiento de una cosa cualquiera basado en una idea repetida al yo mismo, sin un correlato real, se da en toda esfera social y cultural. En una fiesta, consumimos alcohol y nos emborrachamos, en gran parte convencidos por la idea de que sino lo hacemos, nos aburriremos; en palabras más simples: el carrete está bueno o está malo según la cantidad de copete ingerido. ¿Qué es eso? Pura sugestión!!!
La mayoría de las cosas ocurren así: la sugestión del cumpleaños, la sugestión del hambre, es algo inherente al ser humano por su gran capacidad para asociar estímulos. Nos convencemos de algo y todas las percepciones y sensaciones giran en torno a esa nueva forma de ver el mundo: la sugestión del intelectual que se considera asiduo a leer y se empieza a creer el cuento, la sugestión del político que "cree" mover masas con su discurso. La sugestión de las estrellas de la televisión, que se van desprendiendo de la sociedad en la medida que salen más veces en "Las Últimas Noticias" o en "Primer Plano".
En esta ocasión he querido referirme a la sugestión del fin de año, un fenómeno digno de analizar. Ayer fui al centro y es increíble la manera en que la navidad aparece en cada rincón, en cada tienda, en cada esquina. "Hay que comprar, porque se acerca la navidad"...juguetes, ropa, adornos...los viejos pascueros y los arbolitos exageradamente adornados llenan de navidad cada uno de los espacios, como si de un día para otro, Santiago fuera navidad. Junto con ella, se acerca a pasos agigantados el año nuevo con su traje de fiesta, intentando convencernos de que todo cambiará. La vida te da una nueva oportunidad cada 1 de enero: puedes empezar de cero, tener un año espectacular, con éxito y prosperidad; son palabras típicas en las tarjetas que escribimos: "los mejores deseos para el nuevo año".

Ahora pregunto a ustedes, ¿de qué se trata esto si no es de sugestión? ¿Hay alguna diferencia entre el 1 de enero y el 31 de diciembre? ¿Hay realmente en el corazón de las personas un nuevo espíritu en nochebuena? ¿Sienten los católicos que Cristo nace nuevamente, con nuevas esperanzas, la noche de navidad? ¿Hay algún motivo real y serio por el que un día cualquiera debamos dar y recibir en cantidades industriales, como vomitando amor? No pues!!!

Pura sugestión.

Los invito a reflexionar y re-significar estas fechas, sin dejarse persuadir por las atractivas trampitas de la sociedad actual.

Ara
Amiga y lectora Nicheana

1 Comments:

<$BlogCommentAuthor$> dijo...

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1:13 p. m.  

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