¿Y no hay mash?

Se supone que hoy, Francisco Javier Cuadra, renunciaría a sus labores como rector de la Universidad Diego Portales. En Francia se aprobará el Estado de Emergencia por tres meses para luchar contra los disturbios que sacuden a París. Se adelantó la fecha de la PSU... Sin embargo, esta columna hablará de farándula.
Y de un tema en específico: Javier Olivares, de “Mekano”, dejó su cargo a disposición de su canal, MEGA.
Pues bien, Javier Olivares tiene 20 años. Condujo el año 2003 uno de los tantos programas copia de otro que fracasó: “Tremendo Choque”. Durante 2004 estuvo sin pantalla. Los pésimos resultados de audiencia obtenidos por el espacio que transmitía Chilevisión, obligaron a que varios de sus rostros emigraran hacia el original, el ya mencionado “Mekano”, que por esos años lideraba el travieso José Miguel Viñuela.
Hasta ahora, nada es novedad. En el verano de este año, Viñuela decidió partir del programa que lo formó por allá en 1997, cuando coanimaba con Verónica Calabi. Tal vez, José Miguel se aburrió de ser el treintón que hacía show a manos del trillado Reggaeton, y decidió vender su imagen de niño bueno a las dueñas de casas que ven “Mucho Gusto”.
Tras esa partida, el programa de Canal 9 se quedó sin su figura principal, por ende, y en una ágil determinación, Álex Hernández, director del espacio, llamó al chicuelo que tantas veces se contradijo diciendo que “Tremendo Choque” era un programa totalmente distinto al “Mekano" ya que éste “entrega cultura” (¿?).
Olivares empezó en enero entrevistando a famosillos, simulando ser un repartidor de pizzas (que a estas alturas no le vendría nada de mal serlo). De ahí en adelante, y con la salida de Viñuela, el chico gritón que patentó el casi mítico “y no hay mashhhhh”, tomó el protagonismo en la animación del programa.
Pero el exigente público de “Mekano”, integrado principalmente por quinceañeras amantes de la cimarra, no estaba dispuesto a concesionar el estilo del programa que tanto idolatran.
Y claro, si bien José Miguel Viñuela representa diez años menos de los que tiene, logró darle una solidez y contundencia a “Mekano”. El sabía perfectamente lo que le gustaba al público del programa, y lo hacía tal cual, para deleite de todos ellos.
Olivares no. A él le gusta ser el rostro, la figura. Tal vez desea que la gente vea tele por su simpatía o por su físico. No quiere acomodarse a la TV, desea que ésta se acomode a él y su gritón - pero válido - estilo, y eso, mijito, ya no se hace.
Hans Lagos B.