Cinefrenikos

AMELIE

Un buen soundtrack puede potenciar una película e incluso mejorarla. Típico que en las sinopsis la música siempre cala fuerte (excepto películas mamonas adolescentes con sus grupos mamones adolescentes), te traen recuerdos, dolores de guata e incluso alguna lagrimilla loca.
Hoy quiero escribir sobre la música de una película que ya era buena y que con la música simplemente agregó más magia.
Amelié más que una película fue una etapa, marcó un estilo por el que me quería guiar para hacer films, ya estaba aburrida de tanta idea depresiva y que siempre terminaba en alguna muerte, me volvió a reafirmar mi amor por el séptimo arte, sentí nuevamente, lloré por una película, quise ser ella y quise un hombre como ese coleccionador con alguna pasión freak, pero mágica...
Incluso una antigua historia amorosa estuvo fuertemente marcada por el gusto de ambos a la película.
Esta película forma lazos, ideales, sueños y angustias en común. La música fácilmente puede acompañarte mientras caminas, mirando el cielo, en la rutina diaria, no es agresiva como en el club de la pelea o clásica como la de Kubrick, el soundtrack de Amelié puede ser fácil el soundtrack de tu vida. Te recuerda la infancia y te logra introducir en ese estado de armonía y plenitud en nuestro cuerpo intoxicado de tanta suciedad de ciudad.