miércoles, noviembre 23, 2005

Cuando Yo conocí a Harry y a Sally (Continuando con la autoreferencia)




Harry
Supón que nada te pasa. Que has vivido fuera tu vida entera y nada pasa. Que nunca conociste a nadie, nunca te convertiste en nadie y finalmente mueres en una de aquellas muertes de Nueva York, que nadie nota durante dos semanas, hasta que se distinguen los flujos de olor en el vestíbulo…


La verdad, yo no quiero que me encuentren por mi “hedor”. No quiero que me encuentren. Si muero, quiero que todos sepan que morí, no que me encuentren una semana después… eso significaría que mi vida no tuvo propósito, que nunca hice nada para que alguien me recuerde, que nunca nadie me quiso tanto como para recordarme… y si nadie me quiso, ufff… el resto es historia, y una muy, pero muy mala.

No se cuantas veces he visto esa película, que hasta me se parte del
guión y me acuerdo de casi todos los detalles de las conversaciones. ¿Obsesión? Puede ser. Debe ser. Es algo patológico, pero cuando se trata de este film algo me pasa.

¿Se han dado cuenta que uno de los detalles más importantes para poder hacer una película “tuya” es la identificación con alguno de los personajes, o con la historia en si? Y no se si es que me identifico con
Meg Ryan, la verdad es que no, pero hay algo…algo que me hace creer que aunque pase el tiempo, todo puede terminar bien… que todo va a terminar bien.

Las películas con premisa “el destino” son típicas. Es la base de una buena comedía/romántica, que los protagonistas se encuentren, que se odien, que se enamoren, que se DEN CUENTA que están enamorados y luego, después de mucho “cranear” la situación, se enfrenten a su “destino”…. Estar juntos para siempre, o por lo menos hasta que termine la película para dejar al público contento. Y es una formula que funciona, por lo menos en mi… una ayuda para no perder las esperanzas, o para avivar las que algún día tuviste.

Cuando Harry conoció a Sally por primera vez fue casualidad. Cuando se encontraron en el avión, repetición. Cuando se “conocen”- recalco conocer- en la librería, eso se llama coincidencia. Una amistad fruto de la coincidencia. O del destino. Y eso es la esencia de este film. Es la historia de una vida. No de una relación, sino de “las relaciones” – como conjunto- que definen tu destino y tu futuro.

Es la aglomeración de sentimientos, los altos y los bajos, el reencuentro, el conocer, el olvidar… como dije; la esencia.

Recomiendo
Cuando Harry conoció a Sally” por todo lo anterior, y también porque creo que es una película sincera. Valoro la sinceridad.

Alguna enseñanza se puede desprenderse y si no te enseña nada, por último es un tiempo de diversión.

A mi parecer en esta película encontramos una de las mejores declaraciones- de amor- del cine…

Harry: Well how about this way. I love that you get cold when it's seventy
one degrees out, I love that it takes you an hour and a half to order a
sandwich, I love that you get a little crinkle above your nose when you're
looking at me like I'm nuts, I love that after I spend a day with you I can
still smell your perfume on my clothes and I love that you are the last person
I want to talk to before I go to sleep at night. And it's not because I'm
lonely, and it's not because it's New Years Eve. I came here tonight because
when you realise you want to spend the rest of your life with somebody, you
want the rest of the life to start as soon as possible.


Nada más que decir. Comentarios, objeciones, todo es bienvenido.

Semejanzas con la realidad, son sólo coincidencia o fruto de tú imaginación.
Dalai Lama

3 Comments:

<$BlogCommentAuthor$> dijo...

<$BlogCommentBody$>

12:41 p. m.  
<$BlogCommentAuthor$> dijo...

<$BlogCommentBody$>

2:30 p. m.  
<$BlogCommentAuthor$> dijo...

<$BlogCommentBody$>

2:50 p. m.  

<$BlogItemCreate$>

<< Home