domingo, octubre 30, 2005

ENTREVISTA: El Señor Micro Amarilla


El Sr. Micro Amarilla está triste. Dice que su trabajo ya no es igual que antes. Que la gente no lo respeta y le tira piedras. Que lo rayan y lo rompen…

¿Cómo se encuentra Sr. micro amarilla?
No muy bien mijita. Mire, sabe lo que pasa… es que ya no nos quieren aquí en la capital. Sabe que me van a trasladar al Sur. Allí bien lejos de mi familia, dónde llueve todo el año y hace mucho frío.

¿Y por que?
Porque llegaron los nuevos. Máquinas más jóvenes y bonitas. Más grandes y espaciosas. Con lugares para todos y que no contaminan.

¿Eso le da mucha pena?
Mucha pena me da pues, si yo soy viejo, pero no tonto. Puedo seguir trabajando hasta que mi motor no de más!

Me decía ud que lo maltrataron mucho durante su vida ¿es cierto?
Si pues, todos los días me bañaban para quitarme la pintura que los niños me tiraban. No ve ud que estoy entero parchado! Me duele mucho mi cuerpo. Cuantas veces me pintaron, esas cosas no las sabe la gente, pero yo tengo como 10 cirugías, y todos los daños me lo hace la gente malagradecida.

¿Y le van a pagar jubilación?
Nada mijita, nada. Si ya no servimos para nada! No siquiera nos dieron una despedida digna…

¿Qué es lo que más va a extrañar?
Aunque ud no lo crea, a la gente, el sonido de mis compañeros, la alameda, las carreras, los sapitos, los cantantes y hasta a los vendedores molestosos que nunca les entendí ninguna cuestión! Voy a extrañarlo todo.

¿Qué opina su patrón de este cambio? ¿Se va al sur con usted?
No, el tiene su vida aquí en Santiago y ya no quieren que trabaje más. Dicen que ya no está capacitado! Pobrecito él, lleva 25 años manejando… nosotros vivimos hartas cosas juntos, si hasta me puso nombre!

¿Cómo le puso? ¿Se puede saber?

Yo soy “El Rey”. No se ría, si así me apodó el Luchito.

¿Tiene algo que decirle a los lectores?
Que disfruten los nuevos mientras puedan. Que ojalá nos traten bien en provincias y que nos quieran…. Sabe lo que quiero en realidad?

¿Qué?
Que me traten con respeto, porque al final yo fui una ayuda para las personas y nunca nadie nos ha reconocido eso.

Mientras tanto el Sr. Micro Amarilla está estacionado, le afinan el motor y le hacen un cambio de aceite. No quiere llorar más. Ahora, ya está resignado a irse al Sur.

Dalal Halabi

1 Comments:

<$BlogCommentAuthor$> dijo...

<$BlogCommentBody$>

9:27 p. m.  

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