Benitez y Tuercas

La próxima semana empieza en Canal 13, la nueva telenovela de la estación: "Gatas y tuercas". El nombre, bastante poco comercial a mi parecer, intenta simbolizar la disputa de dueños por la potestad de un taller mecánico. Es allí donde se desenvuelven una serie de acontecimientos de amor, acción y traiciones. Sus taquilleros actores y sobre-ultra-hiper-mega maquilladas actrices llevan en sus hombros la carga de mantener el liderazgo en sintonía alcanzado por "Brujas".
Sinceramente... ¿creen posible que tanto mino rico trabaje en un insignificante taller de autos? ¿Desde cuándo los mecánicos trabajan su jornada con las manos siempre limpias?
No, no. No la critiquemos, es una teleserie, nada más.
Es cierto, es un simple programa de televisión. De la maldita televisión. Pero no por eso podemos sindicar el terrible daño que a mi maléfica mente enfermiza le hace este tipo de TV.
Lo reconozco. Sólo este año he dejado de ser tevito. La cama y el control remoto eran mis mejores armas de combate contra el ocio. ¿Qué pasó? La también maldita plata ha hecho que las emisoras locales comiencen a preocuparse de entretener- si es que entretienen- más que de educar- si es que alguna vez educó-.
Es por eso que me he dedicado a leer. Increíblemente, en la repisa de mi pieza hallé un libro que me quise comprar hace cerca de 7 años. Hermón, caballo de Troya 6, del escritor español J. J. Benítez es mi nuevo control remoto.
La vida y obra de Jesús, quizás sus rutinas menos conocidas, o mejor dicho, las más desconocidas. Seguir el camino que hizo el hijo de Dios es una aventura fascinante.
No es cualquier historia narrada. Benítez hecho investigador de los últimos pasos de Jesús sobre Nazaret y Jerusalem resulta de un interés altamente llamativo.
Si empezara ahora a relatar cuáles son algunos de los casi 30 misterios que aparecen en el texto, le quitaría una suma importante del gran gancho de este libro: el suspenso y la novedad.
Hermón, escrito como diario de vida de dos investigadores en busca de la verdadera identidad y realidad que vivió Jesús, aborda otro subtema importante. La relación con la Iglesia, o más bien, con las Iglesias, pues no sólo la Católica se ha opuesto a este delirio de Benítez, las protestantes también han puesto el grito en el cielo por este sólo hecho de poner en duda la divinidad y magnificencia del Hijo.
Vale la pena. Son cerca de 500 páginas, pero en cada una hay algo distinto. Relato-realidad.
Parece no ser ciencia ficción. Siendo que lo es. O tal vez no.
Lo que hizo Benítez con este libro, fue agregar un tercer protagonista a la historia: el lector. Será por eso quizas que de vez en cuando les hablo a Joao y Paulo, los investigadores. Será por eso que quizás me creo uno más de ellos. Será por eso que quizás dejé definitivamente la televisión.
Sinceramente... ¿creen posible que tanto mino rico trabaje en un insignificante taller de autos? ¿Desde cuándo los mecánicos trabajan su jornada con las manos siempre limpias?
No, no. No la critiquemos, es una teleserie, nada más.
Es cierto, es un simple programa de televisión. De la maldita televisión. Pero no por eso podemos sindicar el terrible daño que a mi maléfica mente enfermiza le hace este tipo de TV.
Lo reconozco. Sólo este año he dejado de ser tevito. La cama y el control remoto eran mis mejores armas de combate contra el ocio. ¿Qué pasó? La también maldita plata ha hecho que las emisoras locales comiencen a preocuparse de entretener- si es que entretienen- más que de educar- si es que alguna vez educó-.
Es por eso que me he dedicado a leer. Increíblemente, en la repisa de mi pieza hallé un libro que me quise comprar hace cerca de 7 años. Hermón, caballo de Troya 6, del escritor español J. J. Benítez es mi nuevo control remoto.
La vida y obra de Jesús, quizás sus rutinas menos conocidas, o mejor dicho, las más desconocidas. Seguir el camino que hizo el hijo de Dios es una aventura fascinante.
No es cualquier historia narrada. Benítez hecho investigador de los últimos pasos de Jesús sobre Nazaret y Jerusalem resulta de un interés altamente llamativo.
Si empezara ahora a relatar cuáles son algunos de los casi 30 misterios que aparecen en el texto, le quitaría una suma importante del gran gancho de este libro: el suspenso y la novedad.
Hermón, escrito como diario de vida de dos investigadores en busca de la verdadera identidad y realidad que vivió Jesús, aborda otro subtema importante. La relación con la Iglesia, o más bien, con las Iglesias, pues no sólo la Católica se ha opuesto a este delirio de Benítez, las protestantes también han puesto el grito en el cielo por este sólo hecho de poner en duda la divinidad y magnificencia del Hijo.
Vale la pena. Son cerca de 500 páginas, pero en cada una hay algo distinto. Relato-realidad.
Parece no ser ciencia ficción. Siendo que lo es. O tal vez no.
Lo que hizo Benítez con este libro, fue agregar un tercer protagonista a la historia: el lector. Será por eso quizas que de vez en cuando les hablo a Joao y Paulo, los investigadores. Será por eso que quizás me creo uno más de ellos. Será por eso que quizás dejé definitivamente la televisión.
Hans Lagos B.
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